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martes, 23 de febrero de 2016

APPLE, ALGORITMO Y JUSTICIA






Desde la negativa de Apple a dar un algoritmo al FBI para que pueda ilimitadamente comprobar la clave de acceso de una terminal del fabricante, y así poder determinar si un presunto asesino fue el que cometió tales actos, la sociedad Mundial se debate entre la negativa del fabricante a proporcionar dicho algoritmo, bajo la justificación de que así dicha organización gubernamental podría entrar en todos los terminales del mismo, defendiendo sin ambages el derecho de todo usuario a su información personal y social; o la postura de muchos periodistas, políticos y técnicos que defienden que es más importante para la seguridad de la sociedad el que dicha información sea "escrupulosamente" dada a la justicia, y así determinar la responsabilidad del autor del delito, o su absolución.

La sociedad en la actualidad se debate entre dos soluciones maximalistas, lo primero equivale a pensar que cualquier crimen puede ser cometido si la sociedad no dispone de técnicos que determinen informáticamente si el presunto culpable pudo cometer dicho delito. Lo segundo, a que todos y cada uno de nosotros estamos perdiendo parte de nuestra libertad si permitimos a la administración (política, es decir, ideológica) a que pueda de manera digital controlar todos nuestros actos, y las repercusiones de los mismos, sean éstos de la índole moral que sean.

Todo parte de un concepto de libertad que no debería nunca confundirse con impunidad, ni tampoco con su contrario. Una solución intermedia sería que el mismo fabricante a través de su asesoría jurídica y de los técnicos especializados, delante del juez, pudieran abrir dicho terminar y volcar toda la información pertinente; para acto seguido borrar dicho programa, que debería siempre ser utilizado bajo la oportuna orden judicial. 

Mi pregunta es la siguiente, que le pasaría al CEO de Apple si entrasen en su morada unos delincuentes, utilizando dispositivos de su marca, y violasen y matasen a toda su familia. ¿Permitiría entonces que el FBI investigara dichos dispositivos para delimitar la culpabilidad de los asesinos, o no?

Creo que la negativa de Apple sin encontrar soluciones intermedias supone una postura determinada por el marketing comercial, así ha permitido que llegue la noticia a nosotros, pues si hubiese pensado lo contrario y hubiese impuesto unas condiciones básicas: todos nuestros dispositivos podrán ser abiertos por nuestros especialistas bajo el oportuno mandato judicial, y no de manera masiva, todos entenderíamos lo importante que supone la existencia de justicia en una sociedad, y que ésta sea al mismo tiempo "justa".

Espero que tal postura de marketing no pretenda que todos los delincuentes impunemente utilicen dispositivos de su marca, ni al mismo tiempo, que únicamente y de manera privada (es decir, sin que la justicia ronde de por medio), la empresa sea la única que puede determinar la verdad en todo momento de la utilización de sus dispositivos en uno u otro lugar.

Tampoco entiendo la postura de una parte de las agencias de información de todos los países, o miembros de la fuerzas y cuerpos de seguridad, que puedan sin justificación judicial ninguna llegar a nuestros terminales y espiarnos "impunemente". Con lo que nuestra libertad quedaría no únicamente expuesta, sino al albur de la moral de unos "especialistas" que podrán hacer lo que les venga en gana con toda nuestra información.

Es pues un tema delicado, y creo firmemente, que todas las jurisprudencias del mundo deberán de lidiar tarde o temprano. No sólo con la creación de los que pueden denominarse "jueces digitales", con la preparación debida y las atribuciones claramente delimitadas; sino también con la jurisprudencia hacia unas compañías tecnológicas que al ser ellas mismas las que crean el algoritmo pueden en todo momento "conocer" y traficar con nuestros datos. 

Tan culpable es Apple por prohibir al FBI el algoritmo, como los departamentos de defensa o justicia quieran ese algoritmo para llegar a toda la ciudadanía de una manera coercitiva, sin amparo legal ninguno. Los dos son responsables de que un presunto criminal pueda quedar impune, o un inocente en libertad.



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