Elisabeth Bott, antropóloga inglesa, sus trabajos se centraron en la familia inglesa. En Family and Social Network (1957) estudia la vinculación de los roles entre marido y mujer y su variación directa con la red social de la familia. Sus estudios son de los más notables desde la perspectiva de las redes sociales, siendo el más influyente. Interesante es la hipótesis que sugiere, hay una relación entre la estructura interna de la familia y el patrón de las relaciones externas de sus miembros. Bott analizó por un lado como se organizaban las tareas domésticas en el ámbito de la pareja, y sacó tres patrones organizativos: complementario (diferentes actividades pero coordinadas y preestablecidas) independiente (independencia mutua entre las tareas de los cónyuges) conjunto (el matrimonio realizan juntos las actividades o bien las cambian).
Al mismo tiempo, Bott distinguió dos tipos básicos de redes en relación con las parejas, siguiendo el patrón de lo que denominó conectividad, es decir, densidad más grande o más pequeña: a) Redes de tejido cerrado. Normalmente familias obreras que vivían en los mismos barrios que habían nacido y tenían relaciones sociales anteriores a la formación de la familia. Son comunidades donde la gente se conoce cara a cara y las personas se conocen unas a otras en múltiples facetas: como vecinos, familiares, compañeros de trabajo y amigos. El cotilleo es el medio predominante de control social. Bott lo explica, si no entras en el cotilleo no existes en la red:
"La gente tienen poca vida privada en tal situación, pero si una persona quiere obtener la recompensa del compañerismo y de las pequeñas acciones de ayuda mutua, debe adecuarse a las normas locales y esperar ser incluido en el cotilleo. Que se cotillee de uno es tan importante como signo de pertenecer a la red del vecindario como el participar activamente en el cotilleo. Si una persona rechaza el contacto con los vecinos se le considera rara y finalmente le dejarán solo/a; sin cotilleo, no hay compañerismo".
"La gente tienen poca vida privada en tal situación, pero si una persona quiere obtener la recompensa del compañerismo y de las pequeñas acciones de ayuda mutua, debe adecuarse a las normas locales y esperar ser incluido en el cotilleo. Que se cotillee de uno es tan importante como signo de pertenecer a la red del vecindario como el participar activamente en el cotilleo. Si una persona rechaza el contacto con los vecinos se le considera rara y finalmente le dejarán solo/a; sin cotilleo, no hay compañerismo".
b) Redes de tejido abierto, que se correspondían con familias de clase media, que habían experimentado movilidad social residencial y que tenían relaciones de sociabilidad nuevas, cambiantes y sin ninguna conexión con relaciones sociales anteriores.
En el primer caso cada cónyuge era muy dependiente de su grupo de amistad y vecinos, dedicando parte de su tiempo a estas relaciones; esto provocaba unos roles conyugales muy separados y cargados de una diferenciación de género muy pronunciada. Mientras que las parejas de clase media eran más móviles y hacían nuevas relaciones, relegando a un segundo plano a los compañeros de las antiguas redes. En este caso la pareja dependía de sí misma para la obtención de seguridad, ayuda mutua, comprensión, etc. También había un mayor nivel de superación de los viejos esquemas de diferenciación de los roles de género.
En el ámbito metodológico, tres aspectos fundamentales: 1) La aplicación de la técnica de redes sociales se adapta bien a los estudios micro, y a las investigaciones que utilicen técnicas etnográficas intensivas. 2) El análisis de las redes sociales no es nunca un objetivo en sí mismo, sino una técnica auxiliar muy valiosa siempre que tengamos claro a los actores sociales que interactúan. 3) Para elaborar una red los datos no deben de provenir únicamente de una entrevista sin ninguna confirmación a través de observación participante, sino de una medida lo más objetiva y precisa posible.
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