El capital social, tal y como lo entendemos en relación a las redes sociales, consiste en una serie de recursos que los individuos pueden obtener a partir de las estructuras de las redes sociales. Dos de los recursos más importantes que puede obtener todo individuo en red son: la información que fluye en las redes y las obligaciones de reciprocidad que pueden generarse de la confianza mutua entre los agentes de una misma red.
Estos dos aspectos del capital social, información y reciprocidad, están íntimamente relacionados con las estructuras de las redes, por lo que es importante la estructura de las redes sociales que pueden generar capital social que puede producir beneficios tanto públicos como privados. Es importante el señalar que el capital social no son redes sociales pero sin redes sociales no hay capital social, al mismo tiempo, el capital social no siempre produce beneficios, sino que también puede crear perjuicios.
Las sociedades que poseen redes sociales con elevados niveles de capital social tienen menos problemas que otras sociedades deficitarias en redes sociales. Las redes sociales y el capital social que se puede generar desde dichas redes nos protegen contra diversas patologías sociales: la delincuencia, la pobreza, el oportunismo político, el descontento o las dolencias físicas y mentales que pueden sufrir los individuos, entre otros muchos aspectos; con lo que podemos afirmar que su declive, no origina, pero sí permite los problemas sociales.
Podemos definir el capital social como una serie de recursos que se invierten en "relaciones sociales" con la esperanza de adquirir ciertas ventajas, con lo que podemos afirmar que los recursos sociales están en las redes sociales, y sólo se pueden acceder a ellos a través de las conexiones sociales. Podemos pues decir que los recursos sociales, tanto por cantidad como por calidad, pesan más que los recursos personales en su utilidad potencial para los individuos.
El capital social son una serie de recursos en los que se invierte para obtener beneficios, pero a diferencia del capital humano que representa una inversión en conocimientos y habilidades, el capital social implica una inversión en redes sociales. Los recursos disponibles en las redes sociales puede mejorar la acción de los actores de dos maneras: primero, proporcionando información muy útil sobre las necesidades del mercado y sobre las diferentes oportunidades para los actores; y en segundo lugar, reforzando la identidad, el reconocimiento y la confianza necesarias para mantener la salud física y psíquica de dichos actores.
Se puede definir el capital social también desde un punto de vista no estructuralista, sino culturalista, como un fenómeno subjetivo y difícilmente medible, constituido por un conjunto de valores y actitudes que poseen los ciudadanos y que determinan como se comportan unos con otros. Esta serie de valores se refieren a virtudes cívicas: fraternidad, confianza generalizada o la cooperación. Y las sociedades que posean tales actitudes serán unas sociedades más sanas y más abierta que otra sociedad que no las posea.
El desarrollo del concepto de capital social y su actual influencia en las ciencias sociales se debe fundamentalmente a las investigaciones de Pierre Bourdieu, James Coleman, Nan Lin y Robert Putnam, que definen el capital social como un conjunto de recursos disponibles para los individuos derivados a su participación en redes sociales.
Otro día estudiaré el Brokarege y el Closure de las redes sociales.
Aquí os dejo este interesante vídeo: De dónde provienen las buenas ideas, de Steven Johnson
muy bun articulo, sugiero registrar la bibliografia utilizada.
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ResponderEliminarLas redes sociales han cambiando la forma en la que el mundo se relaciona, uno de los mejores
inventos estos últimos años. En especial Instagram.